19 diciembre 2015

5. LEYENDA ECUATORIANA COMO PROTAGONISTA

“El Padre Almeida”   es un clásico entre las leyendas ecuatorianas, desde que éramos muy chicos veníamos escuchando esta cómica y a la vez hermosa pieza literaria, que nos trae no solamente un momento de gozo durante la lectura sino que también nos lleva a valorar el comportamiento del ser humano. 

EL PADRE ALMEIDA

 
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La leyenda cuenta que hace algunos años en el monasterio de San Diego vivía un sacerdote que le gustaba disfrutar de la vida alegre, llena de ritmo, actos que no son normales  dentro del servicio sacerdotal que él llevaba, quién tenía también el talento de saber tocar la guitarra. En esta historia legendaria estamos hablando del padre Don Manuel de Almeida, quien a muy  temprana edad, a sus 17 años termina dejando su vida anterior, su pasado, renunciando a todos sus bienes,  su familia con quien él diariamente compartía una vida normal, luego ingresa al monasterio como novicio para servir a Dios, a los demás y a los cargos que se le habían asignado para desempeñarse dentro de este convento como predicador del evangelio, mesero,  asistente, hasta llegando a ser visitador social para los necesitados.  

El padre Almeida, quien tenía el vicio al alcohol y a la buena vida nocturna, le encantaba todas las noches salir con su guitarra a través de una ventana, y de este modo daba rienda sueltas a sus vicios, pero para lograr escapar por la ventana él tenía la mala costumbre de subirse sobre los hombros de la escultura de Cristo. Y según cuenta la leyenda después de tantas noches de parranda se dice que la escultura de Cristo cansado del exagerado abuso, cobraba vida y solía preguntarle, “ ¿Hasta cuándo debo soportar padre Almeida?!” y él respondía a su pregunta sin vacilar “hasta la vuelta mi Señor”.

Y cada vez que él estaba afuera del convento, se divertía tomando y guitarreando a sus anchas como a él le gustaba y regresaba al convento cuando el día ya estaba claro.Pero en una de esas salidas nocturnas, el destino le jugó una broma, lo que hizo que su ritmo de vida cambiará totalmente; pues él caminaba borracho por las bohemias calles quiteñas a altas horas de la madrugada y de repente miró que cerca de él se acercaba un cortejo fúnebre y todos vestidos de negro… él no dudó en acercarse, abrió el ataúd y se llevó un tremendo susto al ver que el cuerpo que estaba dentro de la caja, era el suyo! Tan grande fue el susto que abandonó inmediatamente el lugar. 

Y desde aquella madrugada él nunca volvió hacer de las suyas… al día siguiente se arrodilló delante de la escultura de Cristo para prometer que nunca más lo volvería hacer ya que aquella experiencia  él la tomó como una advertencia de que si continuaba a ese ritmo podría acabar muy mal y así también dejó la bebida por miedo a ser envenenado.
 
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A continuación propongo un plan de clase para trabajar con los estudiantes de Octavo de Básica.  



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